Es tradición en nuestra hermandad que los cultos solemnes de septiembre (Triduo, Corona Seráfica, Fiesta Principal, Misa preparatoria de la Procesión, Función de San Miguel Arcángel), así como cualquier otra eucaristía o celebración que tenga lugar en nuestra capilla a mayor honra y gloria de nuestros titulares se ofrezca con una intención particular de súplica o acción de gracias, así como por el eterno descanso de hermanos o familiares fallecidos.
En las antiguas convocatorias de cultos podemos leer cómo hermanos de toda clase y condición entregaban un donativo para sostener la celebración de estos cultos y gratificar a la hermandad por esa oración aplicada por sus intenciones o deseos. El más conocido para nosotros puede que sea Juan Manuel Rodríguez Ojeda, famoso bordador y hermano de la hermandad, que todos los años ofrecía por sus intenciones en Santa Marina una de las noches de novena.
Nuestra querida Ascensión Rodríguez, y su esposo Antonio Asenjo, durante muchos años ofrecieron a mayor honra y gloria de Dios y de la Divina Pastora la eucaristía de la Fiesta Principal, poniendo su intención con la de todos los hermanos vivos y difuntos de la hermandad. Actualmente, durante todo el año, hermanos y hermanas de la hermandad ponen sus oraciones bajo la mirada amorosa de la Divina Pastora y ofrecen donativos para el sostenimiento del culto en la hermandad.
Pueden aplicarse por las intenciones de los hermanos cada una de las tardes del Triduo, la función de San Miguel Arcángel, la Procesión de la Corona Seráfica, la Misa preparatoria de la Salida Procesional, así como la Fiesta Principal de Instituto, que es la eucaristía más importante de todo el año en la hermandad.
Todos aquellos hermanos y devotos que estén interesados en ofrecer esta colaboración económica (voluntaria y de importe variable según las posibilidades de los que la ofrezcan), rogamos contacten con la Junta de Gobierno a través de los medios habituales (teléfono y correo electrónico) que podrán encontrar en el margen derecho de este blog. Agradecemos de antemano la generosidad en aras del mayor esplendor del culto a Dios y a su Madre, nuestra Amantísima Pastora.