
Aquel año 1992, además, la hermandad celebraba otro aniversario algo más entristecedor. Cincuenta años desde aquel traslado desde la iglesia del convento de la Paz hasta San Martín, ocurrido un frío 7 de enero de 1942, gracias a la colaboración del sacerdote Domingo Martínez y las gestiones llevadas a cabo por otro joven e influyente sacerdote, don José Sebastián y Bandarán, consultor canónico de la hermandad y casi familiar de Ascensión Rodríguez Berraquero, que tanto había de luchar después por la pervivencia de la corporación en los peores años de su decadencia, donde la conocería también Juan Martínez Alcalde en los primeros tiempos de aquellas dificultades.
Se cumplen, pues, 75 años de la estancia de la Divina Pastora en ese barrio, en el que recibió culto en la propia iglesia de San Martín, en la parroquia de San Andrés y el convento de las Esclavas en diferentes etapas, llegando a salir también de la capilla de Montesión. El último tercio de estos tres cuartos de siglo los pasó ya entre su capilla y la sede de las Esclavas, volviendo en 1996 al Hospital de los Viejos y abandonándolo para salir en procesión en septiembre de 2002 desde San Martín, tras la colocación del nuevo zócalo y nuevas mejoras en el recinto.
Continuas idas y venidas que nos recuerdan la lucha de aquellos que, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX, no cejaron en su empeño de querer a la Primera Pastora del Mundo y mantener vivo su Rebaño Primitivo. Por ellos, por todos los que le sucedieron y vendrán, del 2017 en adelante, nos disponemos a celebrar de forma especial este aniversario.
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